Adulto contemporáneo

Jamás vi
una vía rápida,
un atajo,
una salida.

Te he querido
en mi vida…
Y a veces
creo que estás.

Pero entiendo
que es muy frío
y anormal
pretender
acompañarte
desde acá.

No me muevo
como quiero
y eso me desespera.

Y, aunque creo
que intenté
de mil maneras,
no he salido
de mi confortable
esfera. 

Y en mi espera
veo fantasmas,
los de siempre.

Pero ya
no me hacen
tanto daño.

Ya sin vicios,
sin cervezas,
sin cigarros.

Sin amigos,
sin placebos,
sin estragos.

Reconozco 
mi ansiedad
de tantos años.

Ya me explota
en el pecho
y me vuela
la cabeza,
me recorre
todo el cuerpo…
Perdón por la franqueza.

“Pero si ofendo,
pido perdón.
Cuando sea grande
no quiero ser como vos”