Se rompía el suelo
con el estruendo de los pasos.
Se caía el cielo,
deslumbraba en el ocaso.
La palabra
como brisa refrescante
para despertarme
de mi letargo.
Si me hablas en esa voz
y me ves en esos ojos
permíteme tenerlos
frente a mi.
Que sean mi sol,
mi melodía.
Mi puente
para llegar a ti.
Que hermosa tu creación,
que hermoso que me encuentres,
que grande es el perdón…
Que ciego soy a veces.