Desprenderse,
¿De qué?
¡Si no tienes nada!
Desapegarse
¿De quién?
¡Si no tienes a nadie!
Solo debes soltar esa creencia
de que algo o alguien te pertenece.
Aprender a manejar la incertidumbre
y abrirte a la transformación permanente
porque la única constante es el cambio.
Debes entender que no controlas NADA de lo que pasa,
lo único que controlas es tu forma de reaccionar a eso que pasa.
Nada está seguro, por más que lo creas y lo sientas.
Suelta las expectativas y vive en agradecimiento.
Deja de medir desde el ego.
¡Deja de medir!
Comienza a sentir.
Incluso, deja de pensar y solo siente.
Suelta, suéltate, libera tu mente de todo lo que le pusieron.
Saca la basura, limpia la casa.
Llora, putea, grita, ríe, manda todo a la mierda, pide perdón, perdónate.
Solo debes desaprender todo lo que aprendiste,
soltar todas las creencias que te limitan.
La existencia va más allá de ese check list que nos dieron a todos.
Cuando alimentamos el ego nos volvemos invisibles.
Cuando medimos perdemos la verdadera noción de las cosas
y alejamos las respuestas (si es que existen).
Inventamos valores de medición para tratar de explicar lo que no entendemos con parámetros absurdos.
Inventamos excusas socialmente aceptables para tomar la vía fácil y sustituimos la felicidad con satisfacción instantánea, pero nos olvidamos de lo eterno, nos alejamos del centro.
Duda de todo y prueba de todo.
Aprovecha este momento de tu vida para nutrirte.
Suelta el ego, suéltate y siente.
“Puede ser que de una buena vez puedas ver más dimensiones que las tres con las que siempre estás midiendo todo”
Foto de David Lázaro en Unsplash