No le temo a la soledad,
le temo a estar conmigo,
a encontrarme frente a frente.
Ni yo me soporto.
Hoy hasta las letras se me escondieron,
solo llevo dos días de encierro
y me abandonó la paciencia…
Tranquilos, no voy a salir, no llevaré otro peso en mi consciencia.
Pero parece injusta la vida
y no entiendo una mierda.
Que rudo le tocó a mi generación,
que difícil seguir escribiendo la canción.
Repito, no entiendo nada,
no sé cuál es la lección.
Espero que la aprendamos pronto
para que, por fin, pase el temblor.
Lo único que sé es que quiero un lugar mejor,
quiero construir un mundo diferente,
quiero a quienes quiero cerquita de mí,
quiero ver a mis viejos sonrientes.
Quiero ver amanecer,
quiero abrazar a mis amigos,
quiero brindar por mis enemigos,
quiero volver a creer…
Quiero que lleguen días mejores
y como creo que la vida me abraza
no voy a ser yo quien haga que la cosa empeore
y me quedaré durante un tiempo en casa.
Tengo el corazón marchito
y no sé cómo voy a hacer,
pero me esperaré un ratito
porque seguro volverá a florecer.
«¿Quién dijo que todo está perdido?
Yo vengo a ofrecer mi corazón»