Creo en ti.
En tu mirada transparente,
en tu “te quiero” intermitente,
en tu afán de velar por mi.
Creo en mi.
En este fuego que me quema,
en este amor que no envenena,
en la palabra que te di.
Pero a veces siento miedo,
me freno y hasta me congelo…
Me tomo un sorbo de veneno
y me intoxico de inseguridad.
Pero a veces dudo tanto,
me aterro y hasta me espanto…
Me pregunto si está bien dar tanto
sin saber si llegará.
Dudar por de porte,
por “seguridad”,
dudar para cuidarme,
para librarme del mal.
“Hermana duda…
Pasarán los discos, subirán las aguas,
cambiarán las crisis, pagarán los mismos
y ojalá que tú sigas mordiendo mi lengua.
Pero esta noche, hermana duda,
hermana duda… Dame una tregua”