Era una bala perdida


La felicidad se acurrucó dentro mío

y yo tan ciego, dando tumbos por ahí.
Buscaba afuera lo que siempre he tenido
sentía tan lejos lo que siempre estuvo aquí.

Me perdía en noches abstractas
y no veía el amanecer renacentista.
Casi siempre derrotado en una cama
con una dama que, luego, se pasaba de lista.

Yo era un vagabundo empedernido,
era un poeta de versos perdidos.
Era un borracho de amores baratos,
de brillos exteriores que deslumbran por un rato.

Yo era el verso en la arena de la playa,
la bomba de tiempo que nunca estalla.
Yo era un burdo cero a la izquierda de la vida.
Yo era simplemente una bala perdida.