A veces nos distraemos con el brillo externo,
con el metal que deslumbra.
A veces nos distrae lo opaco que intenta opacarnos,
nos ahogamos en gris y olvidamos el color.
A veces nos encerramos en absurdos,
en el agobio del día a día,
en la prisa del «para ayer»,
en el número de likes y de seguidores.
Yo no tenía idea de lo increíblemente afortunado que soy,
mi dicha es algo que no tiene techo.
Tengo a los mejores amigos que se puede tener,
tengo a la mejor familia que cualquiera pueda desear.
Estoy rodeado de amor y de buenas vibras.
Estoy rodeado de seres increíbles que amo y me aman,
todo el amor que he dado vuelve a mi de mil formas,
todos los buenos deseos que me envían se transforman en bendiciones.
Soy muy feliz…
Y agradezco a todos los que forman parte de esa felicidad.
Mi corazón siempre estará abierto.
Gracias a Dios y a la Virgen por colmarme de bendiciones desde mi nacimiento
aquel 8 de julio de 1985.
Gracias al universo por materializar mis deseos y con lo que vibro,
gracias a quienes vinieron a abrir mi consciencia.
«Gracias a la vida que me ha dado tanto»
¡GRACIAS!