La fábrica de humo es un disco para filosofar perreando, un disco urbano/latino cargado de reggaetón, hip hop, tecnomerenge, cumbiatón y hasta trap. Es extraño, pero me divertí mucho haciéndolo y me gusta mucho la carga de contenido que le puse a estos ritmos que generalmente no tienen tanto (o sí?).
En esta producción hablo un poco de todo el humo que nos vendemos entre nosotros y que no nos deja ver lo auténtico. Todos vendemos humo (de alguna forma u otra) tanto en las redes sociales como fuera de ellas, siempre aparentamos más de lo que realmente es aunque no queramos hacerlo. A veces compartimos un logro con emoción y la gente se queda solo con la celebración, no ven todo el trabajo que nos costó llegar hasta ahí… Y a veces somos nosotros los que no vemos el trabajo del otro, solo vemos “su breve momento de gloria” y pensamos que así es toda su vida. Tenemos una sensación de que todo es inmediato, parece que pensamos que todo pasa con un chasquido de dedos, no sé si se debe a la satisfacción instantánea a la que estamos expuestos desde hace tantos años o al humo que nos venden en redes sociales, a esas vidas perfectas de los influencers y de los famosos.
Con respecto a los influencers y los famosos: muchas veces todo es parte de una producción, todo es una gran farsa que nos comemos, tienen seguidores falsos, hacen estrategias poco honestas para lograr tener visualizaciones, engañan, mienten… Otras veces trabajan muy duro de forma honesta y haciendo todo correctamente para llegar a donde están, pero solo vemos la meta, no vemos el recorrido y todo lo que tienen que hacer para mantenerse.
El disco también es una reflexión de mi carrera, de cómo la he llevado y de cómo se ven las cosas con la cortina de humo en la cara. A veces no trabajas como debe ser y culpas a agentes externos de tus caídas o de lo lento que avanzas y te llenas de envidia y rencores contra estructuras que ya ni siquiera existen y contra otras que lamentablemente continúan. Es increíble como TODO (hasta estas letras, hasta este disco) está lleno de humo, como todo tiene (aunque sea) un poquito de maquillaje, un poquito de preocupación por el qué dirán y un poquito de esa necesidad de obtener satisfacción instantánea y 15 minutos de fama.
También toco la situación de Venezuela, la situación socio-cultural más allá de la económica y la política porque es una pena tener la dictadura que tenemos pero cuando ves los líderes sociales, culturales, los influencers e ídolos de las mayorías puedes comprender por qué tenemos el país que tenemos, nos gusta bailar y buscar héroes, nos encanta el humo, somos naturalmente “pantalleros”, amamos la pantalla.
Y nada, sin más humo que agregar les comparto el disco en spotify. Espero que lo disfruten, que lo bailen y que lo entiendan: