No he podido olvidar ese frío verano en Montevideo,
esa luna de miel prematura sin ceremonia que la preceda.
Esa antesala hermosa a la ciudad de la furia.
Tal vez no he querido olvidar.
Aunque me desconozco,
no sé quién fui.
Puede que tampoco sepa quien soy,
pero el de entonces era otro.
Tu también eras otra…
Y esos otros sí que podían estar juntos.
Estos, los que somos ahora,
no duraban ni un día.
Aunque, pensándolo bien,
aquellos tampoco duraban ni un día…
Y sin embargo pasaron el año
y los años y todo el daño.
Ahora todo es tan extraño.
Fuiste lo mejor de mi vida pasada,
lo peor de mi eterna muerte anterior
y la calma después de la tempestad
de mi penúltima resurrección.
“Fuiste en Madrid Hortaleza
y en Buenos Aires princesa,
reina de mi corazón.
Fuiste la luz de mi vida
y mi musa preferida
que ya no puede inspirar
ni un tango, ni una ranchera,
ni un solo verso siquiera.”
Foto de Carmen Peñaranda en Unsplash