He postergado sueños desde que tengo uso de razón.
Por la frialdad del mundo,
por la violencia de las palabras que me forjaron,
por las heridas abiertas que acumulé en el camino,
por la vorágine incipiente del miedo,
por mi poco talento para darme a entender,
por dinero, por vergüenza, por amor,
por tristeza, por cansancio.
Pero alguna vez me atreví a buscarlos
a pesar de la historia en mis hombros,
el vacío en mi pecho
y la sentencia previa de mi inconsciente.
Y en la búsqueda de esos sueños
logré más de lo que hubiese imaginado
y fui feliz.
Hoy estoy un poco perdido
y abrumado por el mundo,
el trabajo, la responsabilidad,
la edad, la presión social,
la vida adulta, la crisis económica,
la crisis social, la crisis mundial,
la crisis de la mediana edad,
la pandemia,
el deterioro de mi entorno,
el socialismo que manchó mi patria,
la injusticia que impera,
el caos de un sistema fracasado,
la ansiedad, el estrés,
las ausencias y otros males (o bienes)
que se roban mi atención y mi tiempo.
Pero no dejo de soñar con lo mismo
y no quiero seguir postergando esos sueños
(aunque ahora sean más difíciles de encontrar que antes).
Hoy doy un paso al frente con fe y esperanza,
confiando en Dios y poniendo mi vida
y mis proyectos en sus manos.
Les digo que vendrán más canciones,
vendrán más versos y vendrán más proyectos,
pero esta vez necesitaré ayuda
…
Porque perdí unas batallas
y no creo que pueda seguir luchando solo.
Si alguien quisiera
y pudiera acompañarme
que me lo haga saber,
si alguien quisiera escuchar,
ver y leer más de Jesús Tomed
¡que se sume!
Y si alguno se opone
a esta decisión de seguir creando
que hable ahora
o calle para siempre,
yo igual haré lo que me dicta el corazón.
Gracias de antemano a todos los que leen, escuchan, miran, sonríen, aprecian y valoran.